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SANLÚCAR DE BARRAMEDA

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(CA). Ciudad de 63.509 h. (2006), a 30 m. sobre el nivel del mar y a 50 km. de Cádiz, con un término municipal de 174 km 2 .

Situación y emplazamiento.  Se localiza en la desembocadura del Guadalquivir (frente al Parque de Doñana y cerca del Estrecho), lugar estratégico y punto de referencia desde la Antigüedad, hito de la navegación desde Gibraltar hacia la desembocadura del Guadiana. A la vez que puerto pesquero, encuentra el mejor aprovechamiento de su localización como antepuerto del de Sevilla en la época del comercio americano. No son desdeñables las posibilidades agrarias en un término amplio y de clima océanico-mediterráneo (unos 18ºC, sin apenas invierno), que más recientemente ofrece oportunidades turísticas de playas y sol (una de las zonas de mayor insolación de Europa). El emplazamiento junto al río Grande ha suscitado más de un texto literario, como el de Manuel Machado: ?!Oh Guadalquivir! Te ví en Cazorla nacer; hoy en Sanlúcar morir??

Bética, Al-Ándalus y el comercio con América. Suele situarse el origen en un poblado tartésico, cuyos restos aparecen en el pinar de la Algaida (cerca de Bonanza) donde había un santuario del Lucero, o centro de culto prerromano a la diosa Venus, desde el siglo VI a C., según el geógrafo griego Estrabón. Sin embargo, el nombre procede del árabe, Solúcar, que, castellanizado, parece aludir a un santo, y Barrameda tampoco tiene que ver con la barra arenosa de la desembocadura, sino más bien relacionado con el mar (Bhar en árabe; ¿Bhar-al-Meda?). Pertenece a la cora o provincia califal de Sidona y en el siglo XI estaba, primero, en la Taifa de los Banu Jizrún de Arcos y, después, en el extenso reino de los abbasíes sevillanos, para integrar en el XIII el reino almohade de Sevilla, existiendo torres y defensas para proteger la entrada del río. Sobre todo, después de la invasión normanda del VIII, que llega hasta Sevilla, y es repelida por el emir cordobés Abderrahmán I. En el siglo XIII, Al Idrisi llama a este lugar las Mezquitas, situado después de Rábida Roja (Rota).

Solúcar es conquistada para la Corona de Castilla  en 1264, quedando bajo la jurisdicción de Jerez, y permaneciendo parte de la población autóctona; incluso todavía a principios del siglo XVII existe una morería, según el historiador francés Lapeyre. En 1297 recibe Alonso Pérez de Guzmán (llamado el Bueno por dejar morir a su hijo antes de entregar Tarifa al infante don Juan) Sanlúcar y otros lugares (Rota, Chipiona, Trebujena) confirmado en 1445 por Juan II como señorío, constituyendo la sede del llamado Estado de Medina Sidonia (descendientes de los Guzmanes, Señores de Sanlúcar y Condado de Niebla).

El puerto de Barrameda (Bonanza después) tiene una gran actividad en la Baja Edad Media con el norte de Europa, Bretaña y puertos mediterráneos, como Génova. En 1478 el II Duque da privilegios para la instalación de mercaderes, sobre todo bretones, que dan nombre a una calle, junto a la Alcaicería, y se construyen las tiendas de las Covachas. De este puerto sale el tercer viaje de Colón, 1498, y de aquí parte Magallanes en 1519 para su circunnavegación; y el comercio con América lleva a la instalación de la primera Casa de Contratación, del Pósito, pionero en el Estado, la alhóndiga y las llamadas doce casas de las mujeres, establecimientos para cambiar moneda, guardar depósitos y abrir cuentas. Las rentas de Sanlúcar eran muy considerables en el siglo XVI (las de barcaje y almojarifazgo las mayores de Andalucía, pues desde 1563 el puerto sanluqueño comparte con Sevilla y Cádiz los embarques de las flotas de Indias), incluso en pesquería, salinas y otras. El intenso tráfico de pasajeros y mercancías daba un aire cosmopolita a la ciudad, que se llena de conventos en relación a las estancias de misioneros que partían para el nuevo Continente.

Era notable la feria de San Miguel desde principios del siglo XIV y en 1583 el alemán Erich Lassota escribe en su viaje que era una grande y hermosa villa dividida en dos partes, una alta cerrada (donde estaba el palacio del Señor) y otra a orillas del río. En 1641 el duque de Medina Sidonia pretende independizar a Andalucía (como hace Portugal e intenta Cataluña) y erigirse en rey, lo que, reprimido, causa la incorporación de Sanlúcar a la Corona, perdiéndose las beneficiosas Ordenanzas ducales para el comercio, que queda bastante resentido. Además el aumento del tonelaje de los veleros y la sustitución de galeones por barcos más grandes introducen dificultades en la navegación por el río Grande desde mediados del siglo XVII. Aunque en 1672 el francés Jouvin la describe como una ciudad de gran extensión y sin murallas, pero con castillo, palacio e islas en el río, destacando la calidad de los melones, cultivados en sus huertos.

Los siglos XVIII y XIX.  Otros viajeros sí atestiguan la decadencia, como Labat, 1705, que alude a cómo se empobrece y despuebla la ciudad (?con débiles murallas?), debido al traslado del monopolio a Cádiz, aunque van barcos y ?allí hacen más fácil contrabando que en cualquier otro lugar?. Esteban de Silhuette, 1730, habla del antiguo templo dedicado al dios de la luz y el fuego de donde el nombre de Solucar o lugar del sol.

En la segunda mitad del siglo XVIII parece resurgir y un viajero anónimo de 1765 escribe sobre un gran comercio de vinos y aceites y recomienda mayor fortificación en el pequeño castillo a la entrada del río. Diez años antes, el terrible maremoto inunda el Barrio Bajo, huyendo los vecinos a la parte alta. En 1780 se funda una Sociedad de Amigos del País, que impulsa la actividad industrial y el censo de 1787 registra una importante cifra de población para la época (14.840 h.).

En 1804, por la mediación de Godoy, se erige una provincia marítima (que en realidad no llega a estar vigente) con capital en Sanlúcar, entre las desembocaduras del Guadiana y el Guadalquivir, que posibilita la creación de un consulado de Comercio. Según el Diccionario  de Madoz, mediados del siglo XIX, era capital de provincia marítima, a cuya comandancia pertenecían las ayudantías de Chipiona, Rota y Jerez, y aduana de segunda clase. En 1842 había 16.861 h., lo que supone un crecimiento medio anual desde 1787 de poco más del 2 por mil, escaso para entonces, pero ya había una importante producción de vinos, vinagres y aguardientes. El término se dividía en varias calidades de tierras, albergando las albarizas la mejor uva para manzanilla; las más fuertes se destinaban a labor de mieses; en tercer lugar las tierras barrosas para viñas y arbolado y, finalmente, las arenosas de marina, en las que estaban los navaros (?que crían toda clase de hortalizas, melones y sandías, y mucha abundancia de patatas?), salinas y baldíos para pastos, aunque constaba poco ganado. Además había ?una porción de establecimientos mecánicos, en los cuales  se elabora cuantos objetos de necesidad y aun de lujo son necesarios en un pueblo, que reúne las condiciones de este?.

La pesca estaba desarrollada y en 1831-32 se construye en el sitio de Bonanza una pequeña población con aduana de entrada al Guadalquivir, así como muelle de carga y descarga. Se recogen una estadísticas portuarias de 1844-45, cuya media anual apuntamos en lo más significativo: 307 barcos de cabotaje entrados y 299 salidos de unas 25 toneladas de media y 39 y 33, respectivamente, de buques (de unas 76 toneladas) extranjeros y de América, destacando la exportación de unas 4.000 arrobas anuales de vino. Las ?mercaderías del Reino? constituían el 99% del cabotaje de salida y el 58 en las entradas, cuyo resto se repartían por igual (21% cada uno) las del extranjero y América.

Sanlúcar contaba con bastantes equipamientos a mediados del siglo XIX: mercado de abastos, hospital, escuelas, instituto de segunda enseñanza, cátedras de Gramática, Filosofía y Agricultura; y el Consulado costeaba por las noches clases de Dibujo, Aritmética y Geometría. Disponía de una parroquia (Santa María de la O) y dos auxiliares, Trinidad y San Nicolás, aparte de iglesias de extinguidos conventos de frailes y algunas de monjas. La población era ?hermosa y alegre, con calles anchas y regularmente alineadas, especialmente las del Barrio bajo?, había  varias plazas, cuatro fuentes y el paseo de la Calzada.

El plano incluido en el Diccionario , seguramente de Coello, señala el castillo en la parte alta y oriental y, cerca, la zona más antigua con la iglesia Mayor, el Ayuntamiento y los palacios de los Medina Sidonia y Montpesier. El límite urbano se marcaba por los caminos de Chipiona y Bonanza, calle Trasbolsa, en la parte del río con una ancha franja de huertos cortados por varias calzadas (Chorrillo, Pescadería?) y la Alameda de la Aduana. Por el oeste llega al antiguo convento de Capuchinos, en 1842 Cuartel de Infantería, y por oriente hasta las calles Barrameda y San Antonio. Continuaba la linde hacia el sur por el castillo, calle de Sevilla (salida hacia Lebrija) y Mesón del Duque, uniéndose a la calle del Pozo Amarguillo y antigua Puerta de Rota. Así casi acababa el plano al sur, en una especie de triángulo con las huertas del Palomar y Grande a ambos lados, cerrándose el circuito desde dicha puerta a Calle San Juan por la del Chorrillo. El citado palacio de los Montpensier era la residencia estival de los duques, cuya corte residía en San Telmo, Sevilla, comenzando desde mediados del siglo XIX una serie de construcciones de veraneo por parte de la burguesía sevillana y organizándose una festival anual que acababa con carreras de caballos en la playa.

Historia reciente.  A principios del siglo XX se potencian la agricultura y el turismo. La primera con la Colonia Agrícola de Monte Algaida y, el segundo, con la atracción de veraneantes, sobre todo a partir de los años veinte cuando existía un tranvía y se construyen los chalets denominados ?hoteles de playa? (como el erigido por Aníbal González para los marqueses de Villamarta), que inspiran más de un cuadro. El crecimiento demográfico sanluqueño ha sido constante, alcanzando en 1900 los 23.747 h., con un aumento medio anual en torno a los seis por mil, algo inferior al incremento natural (natalidad menos mortalidad).

Igual sucede hasta 1950 (35.517) con índice de  ocho, subiendo a casi 15 en una década, pero entre 1960 (40.648 h.) y 1970 el aumento es pequeño (sólo 1.229 registros más), pero, siendo la época de éxodo, Sanlúcar es de las pocas ciudades medias andaluzas que no baja la cifra de población intercensal. La economía de los setenta se sustenta en la agricultura: producción de manzanilla en las albarizas (y aumento de las bodegas) y distintas hortalizas, después también flores, en los navazos o sistemas de protección con arenas. También cuenta la pesca y en Bajo de Guía se desembarca (y llevan a la Lonja diariamente para la subasta) gran cantidad de pescado y mariscos (acedías, langostinos y galeras, principalmente). Pero también va aumentando la actividad turística, que da lugar a urbanizaciones e incremento de la hostelería. Entre 1981 (48.390 h.) y 1991 (56.006) el índice medio anual poblacional se sitúa alrededor del 15 por mil, 6-7 puntos más que el autonómico, si bien desciende en la década siguiente para situarse por encima del diez entre el 2001 (60.254 h.) y 2006 (63.509 h.), cuando la media andaluza del crecimiento natural es aproximadamente del 3 por mil.

Plano, monumentos y turismo.  La ciudad de Sanlúcar de Barrameda se extiende desde el litoral atlántico hacia el interior describiendo un plano urbano en forma de abanico o semicircular y en cuya estructura se pueden identificar diferentes elementos o zonas. En primer lugar, al norte distinguimos una franja costera que articula diferentes espacios con variadas actividades y equipamientos (ocio, medioambientales, pesca, puerto, depuradora, etc.) que se desgranan de Noreste a Suroeste (barriadas Bonanza y Andalucía, Pago San Salvador, Bajo de Guía, La Calzada o los Pinares de Bonanza). Dicha zona se estructura en torno a ejes perpendiculares al Paseo Marítimo, como son las avenidas de las Piletas o Bajo Guía, destacando el ensanche de calle Calzada, junto a las avenidas del Cerro Falón, Guadalquivir, Ejército, Quinto Centenario o Doctor Salvador Gallardo.

A partir de esa zona hacia el interior se identifica el núcleo central o Ciudad Histórica, rodeada por las tradicionales instalaciones bodegueras, la cual presenta una trama más compacta. Está constituida por varios sectores, conocidos como Barrio Alto y Barrio Bajo. El primero de ellos es el núcleo originario que se articula en torno a las plazas Puerta de Jerez, Pozo Amarguillo y de La Paz y cuyo eje central son las calles Santa Brígida-San Agustín-Pozo Amarguillo-San Antón. Sus límites son, al Norte, los Jardines del Duque y otros edificios emblemáticos de la ciudad; la avenida de la Constitución al Este; la calle Sebastián Elcano al Oeste; y el Callejón El Mono al Sur. Por su parte, el Barrio Bajo, que se localiza entre el Barrio Alto y la Franja del Litoral, se estructura en calles alargadas y perpendiculares como la calle Ancha, San Juan, Trasbolsa, La Plata, Santo Domingo etc., con una importante presencia de edificios históricos (Convento Madre de Dios, Ayuntamiento, iglesias de San Jorge, Santísima Trinidad, del Carmen, etc.)

En el plano de Sanlúcar se observan otros elementos externos como la corona o periferia urbana densificada, fruto de la expansión del núcleo, cuyo origen es reciente, y que tienen su máxima extensión al Este (a lo largo de la Antigua Vía Ferrea, Monteolivete, Colalta o Pozo Nuevo) y Sur (Pago Huevos Blancos, la zona en torno a la avenida de La Marina y Rompeserones) de la ciudad, entre las cuales se encuentra el Botánico. Por último, hacia el Suroeste, entre el litoral y la carretera de Chipiona, identificamos un espacio de urbanizaciones aisladas y autoconstruidas en lo que se denomina La Jara (en la playa del mismo nombre), como son la del Castillo del Espíritu Santo, Los Colonos, Villa Horacia o la propia Jara.

En la época andalusí había alcázar, murallas y puertas, como la de Rota, y el estilo mudéjar se halla en las iglesias más antiguas, como la Parroquia de la O (del siglo XIV, que aprovecha una de las torres del castillo) o el artesonado de la Trinidad, del siglo XV. De esa centuria son también el castillo de Santiago (sobre la antigua fortaleza árabe, que defendía la entrada del río), de planta cuadrada, doble recinto y torre del homenaje hexagonal; el Palacio ducal de los Medina Sidonia (declarado monumento histórico), de cuya primitiva obra conserva una fachada renacentista; y las llamadas Covachas, de estilo gótico, definida en alguna guía turística como verdadera obra de orfebrería en piedra. El Renacimiento se encuentra en edificaciones del siglo XVI, como Santo Domingo, parte de un amplio convento, así como los de Regina Coeli (con imágenes en el interior de la escuela sevillana) y Capuchinos.

El estilo manierista andaluz puede verse en el antiguo convento de San Francisco (hoy centro Cultural), la Basílica de la Caridad, de Alonso de Vandelvira, siglo XVII; y del mismo arquitecto, los inicios del barroco en el antiguo convento de la Merced. Después el barroco andaluz registra bastantes monumentos, coincidiendo con el auge comercial del puerto: las iglesias de San Jorge (que alberga un magnífico retablo flamenco) y San Miguel y los conventos de Madre de Dios, con parte de estilo manierista tardío, y de las Descalzas. Del siglo XVII es también el de Carmelitas y los castillos sobre la playa de Espíritu Santo y San Salvador, defensa del puerto de Bonanza; y del barroco tardío, la iglesia de los Desamparados, ya en el siglo XVIII. De este siglo son los templos de San Nicolás (que contiene retablos barrocos) y San Francisco, de portada clasicista; el antiguo Cabildo, con azulejo conmemorativo de la primera vuelta al Mundo, la Casa de Cilla, antigua residencia arzobispal y almacén de Diezmos; y viviendas señoriales de comerciantes de Indias, sobre todo en las calles de la Caridad y Caballeros. En el siglo XIX se construye en estilo neomudéjar, el palacio de Montpensier o duque de Orleáns, hoy sede del Ayuntamiento.

Sanlúcar posee, pues, un casco histórico monumental, puntos estratégicos y rincones visitables, especialmente la plaza del Cabildo, centro neurálgico de la ciudad, desde donde se accede al paseo marítimo. En uno de sus extremos se sitúa El Bajo de Guía, donde se alinean tabernas marineras y restaurantes  de pescado y marisco, sobresaliendo la gastronomía sanluqueña en productos singulares como los langostinos y, por supuesto, la manzanilla, así como las verduras y frutas, elogiadas desde hace siglos. En esta playa se celebran en agosto las carreras de caballos andaluces desde mediados del siglo XIX; y desde allí se ve el borde de Doñana, hacia donde parte el buque fluvial Real Fernando. Aguas arriba se halla el puerto pesquero de Bonanza, rodeado de salinas y pinares.

Esas carreras (que pudieran tener su origen en la competitividad por llevar el pescado a la Lonja) no son la única fiesta, pues hay otras específicas (Feria de la Manzanilla en junio y la de Exaltación del Guadalquivir en agosto), a las que se suman las andaluzas del Rocío (cuya Hermandad ?y otras? cruza el río desde Bajo de Guía) y Semana Santa (declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía, por la calidad de las imágenes y el recorrido); más los Carnavales y las patronales de la Caridad, aparte de varias ?velás? en verano. De la vida cultural sanluqueña destaca el flamenco (con celebración de festivales y localización de Peñas, llevando el nombre de la ciudad como apellido el famoso guitarrista Manolo Sanlúcar * ) y un curioso Museo de las Caracolas.

Economía y población.  El municipio de Sanlúcar de Barrameda, cabecera comarcal de la Costa Noroeste de Cádiz, sostiene su economía principalmente en la agricultura, y dentro de ella, en el cultivo de la vid y productos hortícolas. De las 8.093 ha cultivadas en el año 2005, la  mayor parte están dedicadas a herbáceas (zanahorias, remolacha y las papas de Sanlúcar, floricultura, etc. en regadío; y 2.311 ha de trigo en secano); mientras que el viñedo de uva para vino en secano (1.287 ha) es el principal cultivo leñoso.

La calidad de las uvas que se producen en Sanlúcar posibilita la crianza en sus bodegas de todas las variedades de Jerez (denominaciones de origen Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla Sanlúcar de Barrameda y Vinagre de Jerez). En las bodegas sanluqueñas se elaboran, además de la Manzanilla, que solamente es posible en este municipio, todos los tipos de vinos que forman esta denominación, tales como Finos, Amontillados, Olorosos, Palos Cortados, Moscateles, Creams, así como Brandies y Ponches. Recientemente se están comercializando excelentes vinos jóvenes de mesa que siguen unos cuidadosos sistemas de selección y una esmerada elaboración. El municipio contribuye con 1.306 ha de viñedo y 1.055 viñas (791 propietarios) a la Denominación del Marco de Jerez (Vendimia 2002). A ella se adscribe 19 bodegas de Crianza y Expedición: Barbadillo, Baron, Hidalgo-La Gitana,  Herederos de Argueso, etc.

Otras actividades económicas importantes son: la  pesca, la ebanistería y el mueble artesano, y el turismo. En cuanto a la primera, es de renombre, por su buena calidad, el langostino de Sanlúcar. Asimismo, las zonas de marisma tienen una gran potencialidad para la acuicultura y cultivos marinos. La calidad de los productos naturales (manzanilla, hortalizas, pescados y mariscos) han hecho de la cocina sanluqueña una referencia obligada en la gastronomía andaluza, y uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad.

El turismo se centra en el recurso sol y mar, pues la ciudad de Sanlúcar, situada al margen izquierdo de la desembocadura del río Guadalquivir, cuenta con 6.150 m. lineales de playas: Bajo de Guía, la Calzada, la Pileta, la Jara, y del Coto (también denominada por los sanluqueños ?la otra banda?). Son frecuentadas por su entorno tranquilo y natural, influenciadas en su paisaje por el pinar y la vegetación costera de Doñana. Es, en realidad, una sucesión de playas compuestas de arena fina y clara que comparte en bajamar con gravillas y guijarros. Existen, en algunas zonas, unos corrales artificiales utilizados como viveros de moluscos y pescado de roca.

La oferta de alojamientos está en torno a las 500 plazas hoteleras y en establecimientos de distintas categorías. Además, cuenta con variadas actividades de ocio, entre ellas, una de las más famosas, son las mencionadas Carreras de Caballos, con una trayectoria de más de 160 ediciones, y que son en la actualidad las más veteranas de España y una de las actividades ecuestres más antiguas de Europa, declaradas de Interés Turístico Internacional desde 1997. En los últimos años también se celebran, en el mes de diciembre, las llamadas ?Carreritas?, cada año más populares y frecuentadas.

La especialización en el sector primario explica, por una parte, que el municipio tenga una renta media declarada baja (12.072,2 euros) en comparación con la media  de Andalucía (14.159,6 euros) en el año 2003. Por otra, y aunque posee una relativa alta densidad de población (365 h./km 2 ), que el municipio haya ralentizado su crecimiento demográfico en los últimos 10 años (61.088 h. en 1996 y 63.509 h. en el 2006), lejos del fuerte incremento que experimenta en la década de los setenta y ochenta del siglo XX. Esta dinámica viene inducida, también, por una estructura demográfica muy joven (el porcentaje de población menor de 20 años es del 23,6%, mientras que el de  mayor de 65 años es de 11,71% en el 2005). [ Gabriel Cano / Francisca Ruiz Rodríguez / Ángel Luis Lucendo Monedero ].

 

 
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