(SE). Ciudad a 37 m. sobre el nivel del mar a y 78 km. de Sevilla, con un municipio de 372 km 2 y 24.866 h. en el año 2005.
Situación y emplazamiento. Se ubica en el Valle Bajo del Guadalquivir, extenso espacio ocupado por el antiguo mar de Thetys, rellenado por acumulación de materiales arrancados a Sierra Morena y las cadenas Béticas por la erosión durante millones de años. Las marismas son los restos de esa superficie acuática, que aún era mayor hace unos 2.000 años, cuando existía un lago hasta cerca de Sevilla, el Lacus Ligustinus , en cuyas orillas se asentaban varios núcleos sobre pequeños cerros; uno de ellos el precedente de Lebrija, que sería entonces un puerto.
Se trata, pues, de una extensa llanura de buenos suelos, a partir de limos y arcillas, y de clima mediterráneo (de unos 18 ºC anuales y 11 y 27 de media en enero y agosto). La aptitud agraria, por lo tanto, es la principal oferta, que se ve considerablemente ampliada desde mediados del siglo pasado con la puesta en regadío de antiguas marismas y zonas inundables. El principal cauce, lógicamente, es el Guadalquivir, que marca el límite municipal por el oeste, y existe un importante acuífero de unos 80 km 2 entre la laguna del Val, al este de la ciudad, y la de los Tollos, cerca de El Cuervo. A esa posibilidad agraria hay que sumar su ubicación en el itinerario Sevilla-Jerez y Bahía de Cádiz, con ferrocarril, carretera y cercana autopista, y también la conexión con Trebujena y Sanlúcar de Barrameda, con las que mantiene ciertas relaciones económicas.
La Nabrissa tartésica y romana. Se ha especulado sobre el origen del núcleo a través del nombre; y el mismo Elio Antonio de Nebrija plantea el mito de la fundación por parte de los sátiros de Baco, dios del vino (cuyos sacerdotes llevaban una piel de ciervo, nebris ). Leyenda recogida por otros, como el noble francés Francisco Bertaut en 1659: "Creen que es la Nebrissa, de que hablan Plinio y Tolomeo y que creyeron construida por Baco, como lo testimonia el poeta Silvio Itálico en estos versos: "At Nebrissa Dionysaeis conscia sacris, / Quam Satyri colvere leves." Independientemente de las leyendas, el núcleo podría ser de ascendencia tartésica (ya que ese antiguo reino abarcaba casi toda la Andalucía actual), con una fortaleza en el llamado Cerro del Castillo. Hay una mención de la Nabrissa en Estrabón, quien recoge testimonios anteriores que la suponen integrada en la Turdetania (precedente de la Bética romana), donde fue municipio que acuñaba moneda.
Lebrisah en al-Ándalus. Islamizada la antigua Bética a principios del VIII, Lebrisah es un núcleo de cierta importancia en la kora o provincia califal de Sevilla, después está en la taifa del mismo nombre de los Banu Abad, para formar parte luego del extenso reino sevillano. Tras la conquista de Fernando III de Castilla en 1249, fue recuperada hasta 1264, en que la toma Alfonso X. Es disputada posteriormente "quedaba relativamente cerca de la frontera nazarí" hasta, al menos, mediados del XIV. Parte de la población autóctona permanece, aunque con el tiempo se fue mezclando y diluyendo. La frontera supone aportes, así como la llegada de moriscos granadinos tras la Guerra de las Alpujarras; de tal manera que, según el historiador Lapeyre, a principios del XVII existía una morería y, como en el resto de Andalucía, pervivió parcialmente esa población después de las últimas expulsiones.
Es curioso lo que dice un embajador marroquí que visita Andalucía en 1690: "Algunos habitantes de El Bridja nos confirmaron en la idea de que descendían de los Ándalus, por cierta señal que no pueden enunciar mas que con la ayuda de un lenguaje embozado"" Desde el punto de vista urbano era un núcleo amurallado con calles estrechas, retorcidas, adarves, mezquita, etc. que se mantienen en parte.
Lebrija hasta el XVIII. En el Renacimiento hubo un insigne humanista lebrijano, Antonio Martínez de Cala y Jarana, que tomó el apellido del antiguo nombre de la ciudad (Antonio de Nebrija). Nació en 1444, estudió en Salamanca, viajó por Italia, regresó a Sevilla y volvió a Castilla (Salamanca y Alcalá de Henares). El Cardenal Cisneros le encargó la revisión de los textos griegos y latinos de la Biblia Políglota y es el autor de la Gramática castellana en 1492, la primera gramática de la lengua española.
Las abundantes producciones agrícolas, por otra parte, generan un buen comercio y existen algunas noticias de viajeros sobre esos recursos y el paisaje circundante, como las de Erich Lassota, militar alemán (1580-84): "Labrixa, es grande, hermosa y abierta villa, donde comimos; luego, dos y media millas, hay una venta, en cuya proximidad se haya un lugar pantanoso y cenagoso, que llaman Marisma, adonde acude toda especie de aves y se van a su tiempo oportuno".
El citado Francisco Bertaut escribía en 1659: "Desde Lebrija, en lugar de tomar el camino de Las Cabezas y Los Palacios (que es una pequeña villa que nos dejamos a la derecha, donde en otro tiempo los moros tenían una casa de campo) fuimos a dormir a Sevilla por un gran llano que está a todo lo largo del Guadalquivir, donde hay una gran cantidad de ganado, y que tiene de nueve a diez leguas de largo" No se encuentra nada más que una venta a tres o cuatro leguas de Sevilla". Más adelante, Esteban de Silhuette, 1730, menciona la vasta y fértil campiña de trigo, olivos y vid. A principios de esa centuria, durante el reinado de Carlos II, Lebrija fue vendida al marqués de los Álamos del Guadalete, pero la villa adquirió después su propio señorío, por el derecho de retracto, reconocido tras un prolongado y costoso pleito. Aunque desde el XV la población desborda las antiguas murallas islámicas (y aparece el Barrio Nuevo junto a la Puerta de Sevilla ), se produce una apreciable expansión a comienzos del XVIII; se urbaniza la calle Corredera, perpendicular a la puerta principal desde la Plaza del Arco, y la paralela por el Sur.
El siglo XIX. En el novecientos el centro de la ciudad es la actual plaza de España, a la que confluyen calles desde las tres puertas de la antigua muralla, y según Pascual Madoz (1845), contaba con tres plazuelas, 48 calles y 6.271 h. (aunque se apuntan más de 8.000 en otras fuentes). Disponía de ciertos establecimientos y servicios: pósito, matadero, plaza de abastos, hospital, escuelas y una cátedra de Humanidades ("para perpetuar la memoria del ilustre y sabio Antonio de Nebrija"). Se trabajaba en algunos talleres y fábricas: lana, alfarerías (dos de loza vidriada de la abundante arcilla del término), sombreros, jabón, cordelería, además de 40 lagares, 23 molinos de aceite, dos de harina, 25 tahonas y 20 hornos. Y es que la principal producción era la trilogía mediterránea (cereal y legumbres, aceite y vino), con exportaciones hacia los puertos de Cádiz. La campiña sustentaba las cosechas de secano (pues apenas existía el regadío; 23 huertas), donde había 24 cortijos, 8 grandes posesiones de olivar (la mitad con almazara incluida) y 7 dehesas para pastos, existiendo un extenso viñedo en pequeñas parcelas.
Junto a la campiña se describen otros dos paisajes, la marisma y el monte. La primera, entre el secano y el Guadalquivir, ocupaba 30.000 fanegas incultivables (e inundables desde el río y los desagües campiñeses), de vegetación palustre (eneas y varias tipos de juncos, "que se emplean en vez de tejas") y fauna de patos y ánsares, además de liebres, "de cuya caza gustaba mucho el rey Felipe IV, que venía muchas veces a esta banda desde el palacio llamado de Doña Ana". Las preocupaciones sanitarias de la época criticaban las cercas de los caños que antiguamente hubo en el río (sitio de Tarfia, del Monasterio de San Clemente de Sevilla) para pescar albures, barbos, anguilas y róbalos. Pero "las aguas estancadas inficionaban la atmósfera en términos de causar grandes estragos las fiebres intermitentes" y en 1830 se destruyó aquel ominoso privilegio".
Los montes ocupaban 8.000 fanegas de cerros y colinas pedregosas ( "con algunas tierras muy raras y apreciadas en la vinatería por aclarar los líquidos" ), pero desde principios de siglo se habían roturado las antiguas dehesas del Concejo, permaneciendo las privadas, donde se crían lentiscos, carrascas y pastos. Así, la ganadería, aunque importante, había disminuido, celebrándose una concurrida feria de animales en septiembre. Si bien los caminos no eran transitables durante las lluvias, excepto la carretera Sevilla-Cádiz (a una legua de la población), mencionándose algunas ventas, como la Vizcaína y las dos del Cuervo, donde estaba la casa de postas.
Historia reciente. Lo más señalado de la historia económica reciente de Lebrija es la transformación en regadío de casi la mitad del término, lo que ha generado una considerable actividad agraria a las que se suman las industrias derivadas. Se trata de la desecación de marismas y la política hidráulica de las Grandes Zonas Regables del Bajo Guadalquivir, que tiene sus antecedentes en los planes de Lorenzo Pardo durante la II República, desarrollándose posteriormente. Así se coloniza todo el espacio entre el Canal del Bajo Guadalquivir, al borde de la campiña, y el Río Grande, con nuevos asentamientos (aunque el diseminado del municipio es de solo 410 habitantes en el 2005) y la consiguiente transformación del paisaje (cultivos, parcelas, canales, muros, poblados, caminos") En la actualidad hay una extensión regada de unas 18.000 ha, nada que ver con las 24 huertas de mediados del XIX. En un principio se explotaban arroz y cultivos tolerantes con la salinidad, siendo el algodón una de las principales cosechas y, después, la remolacha azucarera.
De ahí que Lebrija fuera una de las excepciones de éxodo rural en los años sesenta-ochenta en una Andalucía de fuerte emigración; según Rosa Jordá, entre 1960 y 1975 la dinámica positiva fue de 1-1,5% de crecimiento medio anual, cuando toda la provincia perdía habitantes, salvo el área metropolitana, y sube a la tasa 1,5-3 entre 1975 y 1986. Y por eso también el crecimiento urbano va rellenando el plano y expandiéndose, sobre todo desde los años cincuenta (en realidad el contorno de principios y mediados del XX es el mismo ), especialmente al norte (hacia la estación del ferrocarril, instalada a finales del XIX) y el noreste (en el eje de la salida a Sevilla). Generalmente con una ocupación arquitectónica abierta (de bloques y polígonos, como la barriada de Blas Infante), aunque también aparecen un gran eje urbano en la Avenida de Andalucía.
Plano, monumentos y turismo. Hoy, como en tantas ciudades de nuestra Comunidad, se marca una parte histórica de ascendencia andalusí, con antiguas rondas de murallas, calles estrechas, retorcidas, callejones sin salida, plazuelas" Como la zona entre calle Murube, Corredera, calle Nueva, Calderera, Camino de la Mezquita"Y después una expansión, como dijimos desde mediados del XX, por los ejes viarios. Así la citada Avenida de Andalucía hacia la estación al Norte; las áreas de Galeón, Carabela y Colombia al nordeste en la salida a la autovía; la avenida de José María Tomassem al este, bifurcada en la SE-696 y SE-692; la avenida del Cuervo al sur y el camino de Jerez al sureste, con las urbanizaciones de Huertas Macenas al Norte.
El castillo es construido en el siglo IX por Suleimán Ben Abdemalek y, tras la conquista castellana, es adjudicado al Cabildo de Sevilla cayendo en el abandono paulatino hasta que a finales del XVIII se destruye el arco de la plaza de Armas. La iglesia de Santa María del Castillo, monumento de interés histórico artístico, conserva (además de aportaciones posteriores) el estilo mudéjar del XIV. También pervive el artesonado de la capilla de la Vera Cruz y un posible morabito se convierte en la ermita de San Benito. La iglesia de la Virgen de la Oliva es una antigua mezquita almohade, adaptada al culto cristiano a mediados del XIII, añadiéndose posteriormente el ábside y el crucero, resultando una mezcla de estilos. Destacan el patio de los Naranjos, la "Giraldilla" (torre del XVIII, inspirada en el minarete sevillano) y el retablo mayor con una de las mejores pinturas del granadino Alonso Cano. Del siglo XVI son varias iglesias: Santa María de Jesús, convento de las Concepcionistas, de portada corintia, San Francisco, y la capilla de la Aurora.
Lebrija cuenta con una cierta infraestructura de cultura, ocio y turismo, como Casa de Cultura, teatro municipal, polideportivo, parque natural San Benito y, en las proximidades, se encuentra el complejo endorreico de Las Cabezas-Lebrija * . Existen varias fiestas y celebraciones (Semana Santa, Corpus, quema de los Júas") y son muy conocidas las Cruces de Mayo, donde se bailan las sevillanas corraleras en plazas y calles engalanadas. Lebrija es un importante centro andaluz del flamenco, celebrándose festivales en julio, y cuenta con nombres como el guitarrista Pedro "Bacán" y el cantaor Juan Peña El Lebrijano. La gastronomía se relaciona con productos del campo y de la pesca, además de postres de reminiscencia morisca. La alfarería, no obstante, desaparece prácticamente.
Población y economía. En 1900 Lebrija tenía 11.172 h. y en 1950 16.386; es decir, unos 100 más por año como término medio, que suponen aproximadamente el 0,7%. Pero la puesta en regadío de casi la mitad del término desde mediados del siglo pasado repercute en un mayor crecimiento demográfico, llegando al máximo de 28.738 en 1991; esto es más de 12.000 h. de incremento en 40 años o 300 anuales, igual a 1,3 %, el doble de la etapa anterior. Sin embargo, en el 2001 el censo bajó a 24.121 y en el 2005 se ha recuperado algo, con 24.866, por una cierta crisis económica, a la que después aludiremos. Pero el referido incremento anterior explica ahora unos índices de crecimiento natural (en torno al 5 por mil) más altos que los provinciales y andaluces (sobre el 3) y unas tasas de población menor de 20 años (25%) superior a la provincial y la autonómica "no llegan a 24".
Según F. Ruiz Rodríguez, 2005, la economía lebrijana, y de la comarca en general, gira en torno a la agricultura, que emplea más de un tercio de la población activa, pero difícilmente competitiva en los mercados internacionales. Tanto los cultivos tradicionales (cereales, leguminosas, arroz, patatas, algodón, remolacha" el olivar prácticamente ha desaparecido) como los nuevos (tomate industrial, alcachofa, lechuga, espárragos") o más recientes de invernadero, como la flor cortada, se ven afectados por los años de sequía. Las mejoras en obras hidráulicas, las actuaciones de la importante Mancomunidad del Bajo Guadalquivir, la construcción de infraestructuras de comunicaciones y transportes son elementos positivos de desarrollo, basado también en agricultores jóvenes y cooperativas. La industria de maquinarias y otras derivadas de la agricultura es también elemento de dinamización, al igual que la distribución (aprovechando las buenas comunicaciones y situación equidistante entre Sevilla y Jerez-Cádiz) y el turismo, apoyado en los recursos naturales (zona del Guadalquivir), rurales, culturales (flamenco) e históricos (a este respecto cabe mencionar la ruta de Washington Irving del Legado Andalusí). Por lo demás, las estadísticas económicas disponibles señalan, como en casi todos los sitios, un mayor número de establecimientos comerciales (635), seguido de la construcción, hostelería, industria manufactureras (128) y transportes y comunicaciones y una renta familiar disponible de entre 7.200 y 8.300 euros anuales por persona. [ Gabriel Cano ].
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